viernes, 31 de diciembre de 2010

- LO QUE ME ENCONTRÉ A LA VUELTA -


-Al llegar a Barajas lo primero español que encontré fue el ABC y eso no me gustó mucho. Me invitaron a un taxi (los taxistas están en el mismo nivel que árbitros, controladores aéreos, revisores de metro, conductores de Auto-Res, “seguratas” y curas en mi opinión), pero este era sordo y no pecó demasiado.

-Madrid, como todas las navidades, plagado, mojado, muy iluminado, bellísimo.

-Me choqué con 4 personas mientras observaba las luces, el cielo, los edificios y a ninguna le dije perdón. Dije “scusa”, después reí.

-Los amigos, como siempre, geniales, el tiempo y la distancia arregló roces.

-La tele; mientras estaban todos me tocó tragarme canales musicales en inglés, pero cuando me hice con el mando, buen baloncesto y “Cuéntame”.

-Ya me había enterado antes, pero se habían llevado a los mejores, faltaba Labordeta, Berlanga, Morente, Saramago (lo considero ibérico), Alexandre,… y sin embargo en telecinco sobrevivían dando voces.

-Me aseguran que Zapatero no volverá a ganar las elecciones, es más, el PP sacará mayoría absoluta. Pienso dónde iré a vivir.

-Berlusconi ha comprado Cuatro, mi canal favorito, acaba con la emisión de CNN+ el único canal serio de noticias que nos quedaría cuando mandase el PP, y eso no es todo, lo sustituyen por Gran Hermano 24 horas. Que aberración.



Cuanto me temo que cuando vuelva de nuevo no exista Callejeros, sigan muriendo los grandes, Rajoy presida el país y Belén Estaban sea ministra.

Que el 2011 no vaya mal, tengan salud y disfruten de este penúltimo año (cada vez me lo creo más, se cumplen las predicciones).

A tocar la zambomba.

sábado, 20 de noviembre de 2010

- MUCHO POR APRENDER -

         Semana en Berlín, ellos si saben honrar a las víctimas, ningún símbolo nazi, ningún recuerdo a Hitler, en pleno  centro un monumento a los asesinados. No se trata de olvidar el pasado. En España aún no hemos cerrado las heridas, puede que en un primer momento no fuese posible pero aún no es tarde y una parte de la sociedad se niega. Hoy, treinta y cinco años después de la muerte del protagonista de la historia más negra de España la duda no está en recordar a las víctimas, el debate está en retirar los símbolos del verdugo. Nos queda mucho por aprender.




          Una de adivinanzas. 
Divertida canción de la Mandrágora con Sabina, Krahe y Pérez.



martes, 2 de noviembre de 2010

- MI CABEZA DA VUELTAS PERSIGUIÉNDOTE -

          No se encuentran muchos sitios como a mí me gustan,
que pongan música de los 80, en castellano, que la gente cante,
que no baile demasiado, que se pueda hablar sin dar voces,
que vendan cerveza barata, que la entrada sea gratuita,
que la gente no actúe, que no se vaya a ligar,
y que noche tras noche se cierre con “La chica de ayer”.


 

domingo, 31 de octubre de 2010

- TRADICIONES -

          Esta noche multitud de personas celebran Halloween, para otros muchos será noche de los difuntos, día de las ánimas o víspera de todos los Santos. Aunque se trata de una tradición céltica para despedir el verano y empezar un nuevo año, lo que abunda son jóvenes disfrazados de personajes de películas de miedo pidiendo caramelos, haciendo gamberradas o emborrachándose en cada esquina (según la edad). En algunos sitios se celebran procesiones de encapuchados pidiendo limosna por las calles, pero son los menos.

          Cada año con más fuerza, esta fecha imita las recientes tradiciones estadounidenses, perdiendo la identidad y personalidad de su propio pueblo. Todo occidente parece estar rendido a esta festividad, incluso el mundo oriental se está contagiando. Unos lo celebran por simple divertimento, una excusa más para salir a la calle a disfrutar ya que el día siguiente no es laborable. Las tiendas se aprovechan para hacer publicidad y aumentar sus ventas, una fiesta consumista que subrayan en el calendario al igual que San Valentín o Papá Noel.

          El caso es que tendemos a la globalización y estamos perdiendo tradiciones en favor, una vez más, de los estadounidenses.

          Un pequeño grupo, un mercadillo celta, resiste en la ciudad donde habito con conciertos, actuaciones y otras formas de celebrar esta noche. Quizás luego ellos también pinten sus caras y salgan disfrazados de drácula o de brujas, espero que no. Pero ¿hasta que punto renunciamos a nuestra cultura o ideales por pasarlo bien?
         
          Celébrenlo o no, de una forma u otra, pero pásenlo bien.

martes, 26 de octubre de 2010

- FUNCIÓN SIN HORA DE EMPEZAR -


Aquí viviré  los próximos meses, es pequeña, pero me gusta.


Pocos días brillará así el sol en mi desordenada habitación.


DESORDENADA HABITACIÓN
(ANTONIO VEGA Y ENRIQUE URQUIJO)




... hay algo más, recuérdame que hay que ordenar la habitación.

lunes, 25 de octubre de 2010

Cerraba los ojos, intentaba soñar, soñar contigo.
Era la única forma posible de estar junto a  ti,
y en estos momentos, me conformaba.


domingo, 24 de octubre de 2010

- PONGAMOS QUE HABLO DE MILÁN -

Estaba muerto del día anterior, aún me dolía la cabeza y la boca me sabía a alcohol, pero no podía desperdiciar en casa todo un día en Milán. Tenía que comprar cosas y pensé en ir al Decathlon, andando o corriendo mientras escuchaba a Sabina, disfrutar de las calles, la gente, los edificios, las luces,... Iba a pasar por la Gran Vía milanesa (el corso de Buenos Aires), después por su Preciados (Emmanuelle II), su Plaza Mayor (Duomo), todas estas calles transitadas por gente elegante muy bien vestida, personas que salen de su casa a lucir sus mejores trajes, sus mejores modelos, donde se maquillan para ir de compras, se afeitan para pasear al perro, donde actúan en su propio teatro, donde se exhiben. Es la capital de la moda. Pensé que sería divertido un poco de contraste, ir hecho un cuadro, así que me coloqué mi pantalón de chándal rojo, mis botas de baloncesto y una sudadera de promoción gris que no iba juego con el resto. Me colgué las llaves y el mp3, me puse la capucha y salí de casa sin peinarme.
Me puse a correr hasta ver una tienda de la NBA (unas camisetas interesantes de juego por 25 euros), después paré en un chino de todo a un euro pero era mentira (volveré a comprar un cuadro de Marilyn y un cubo de rubick), una rubia despampanante con pantalones vaqueros apretadísimos andaba a mi lado, no quería adelantarla, pero su paso era demasiado lento debido a sus altísimos y finos tacones y la cantidad de rejas en el suelo, así que no tuve más remedio que adelantarla, pensé que sería fea, pero era preciosa, andaba un poco mal, iba pendiente de ella, me había vuelto a enamorar, paré en un puesto de la calle muy barato para comprar calcetines, la seguía con la vista, pero la cajera se demoró y vi como se perdía en el trajín de esta Gran Vía, apreté el paso pero no la volví a ver. Lo que si vi fue una pintada en la entrada al metro que rezaba “No pasarán” seguido de una fecha y un título en italiano, me hizo mucha ilusión y pienso pedirle la cámara a mi compañera para sacar una buena foto (igual pasará con la de Resistenza). Otra delgada rubia con marcha alegre me adelantaba con la bicicleta, unas mallas no dejaban paso a la imaginación de cómo sería su culo, aproveché para correr, eran buenas vistas. Pronto me perdió. Al llegar a Enmanuelle II volvía a estar muy feliz, al igual que una semana atrás, apunto de saltar lágrimas, la batería del mp3 se había acabado pero dos rumanos con violín y guitarra ponían banda sonora a esta pasarela con “las cuatro estaciones”, era precioso, y esa catedral al fondo. En la plaza me detuve a mirarla, esquivaba a las parejas que intentaban sacarse una foto, un hombre con guitarra y altavoces se encargaba de poner música a todo volumen para delicia de los turistas. De camino hacia la tienda veo que un reloj marca menos cuarto, aceleré el ritmo y me puse como tarea volver por el mismo sitio para escuchar al hombre que se manifestaba e iba a hacer teatro, saludar al puesto de turismo de Zaragoza, comprender qué hacía el viejo del radiocasete, la exposición de arte,... una preciosa bici sin candado apoyada en una pared, pensé en cogerla, pero no era capaz. Me di una vuelta por el Decathlon y ya nos estaban echando, compré unas zapatillas de correr por doce euros y un par de camisetas sin dibujos por dos cada una, me cobraron quince céntimos por la bolsa, me hice el carné y pregunté para trabajar en ese sitio.  

Salí, la bici seguía suelta, el viejo seguía cantando, esta vez se atrevía con la ópera, pasé a la galería de arte pero salí pronto porque había muchos fotógrafos y gente con traje que parecía estar invitada, los zaragozanos no parecían españoles ni tenían cara de aceptar saludos, dos chicas hacían un teatrillo en el lugar de la manifestación, una de ellas me miraba mucho, pero como no entendía nada a los pocos minutos me fui.
Estaba cansado y quería un boli para escribir todo lo que pensaba. Andaba muy despacio para disfrutar más el momento. Un hombre calvo por arriba, mayor y muy feo iba acompañado de una jovencísima rubia con plataformas de quince centímetros, rasgos afilados y armónicos, ropa muy ajustada y aires de grandeza. El hombre le exigía besos y la cogía de la mano, creo que pagaba por su compañía, no encontraba otra explicación y esta era una buena zona donde lucir. Otra pareja les acompañaba, lo mismo, viejo y en este caso morena tremenda, esta recayó en mí, me miró. Había decelerado el paso, quería analizar la situación, se cruzaron y salieron por una calle perpendicular, disimulé mirando un escaparate y los seguí, después bajaron a un aparcamiento. El resto del camino de vuelta lo pasé cerca de un grupo de chicas españolas de unos treinta años, me apetecía escuchar algo en castellano y ellas pensaban que no las entendía, pensé en decirles algo, pero me pareció muy paleto y me dio vergüenza. Corría con la bolsa y la gente me miraba. También pensaba que quizás Madrid no era lo mejor que existía, no quería que así fuera, ya me había enamorado de esta ciudad, me hacía feliz, tenías tu independencia, podía cantar por la calle y me había acogido bien. Paré en Loreto a comprar unas hamburguesas porque mi estómago rugía, no me gustan esos sitios, pero el hambre y el bolsillo mandaban en ese momento. También pasé algún minuto frente al escaparate de cámaras reflex, quería una y la quería ya, pero son carísimas, estaba dispuesto a comprar una algún día, también se me pasó por la cabeza romper el cristal y llevarme una, pero nunca lo haría, espero.
Llegué a casa, en el ascensor me miré al espejo y daba pena, me quité la capucha y el pelo daba asco, pensaba en cortármelo, me sonreí y salí, conecté el ordenador, escuché “Lucha de gigantes”, archivé dos miradas en mi colección y me puse a escribir.

viernes, 22 de octubre de 2010

- UNA DESPEDIDA MÁS, UNA DESPEDIDA DISTINTA -


Parecía una despedida, una despedida de una ciudad, de Madrid. Me iba a vivir por diez meses (o quizá menos) lejos de aquí, a Milán, y me temía que iba a echar de menos algunos lugares de la capital. Lo hacía como si no volviese a verla nunca (quien sabe), pero es probable que después viva allí. Ya antes me había despedido, pero no iba solo y pensé que esa no era suficiente. Seguí un recorrido importante, muy ritual, muy habitual.

Por la mañana ya fui andando desde Atocha a la escuela, cuando todavía no había salido el sol, abierto los comercios o despertado la gente. Quería ver como era todo desierto, de noche. Subí la calle Atocha hasta Carretas para ver despertar Preciados, una Gran Vía poco transitada por la que podías caminar leyendo sin chocarte  con nadie, Princesa, Parque del Oeste y por fin, la escuela. Era el tercero en llegar, aún estaba cerrada, nunca supe a que hora abría sus puertas, a las ocho menos cinco subían las rejas.
          
          Bueno, hablaré de la despedida. Regresé por el mismo sitio por el que había ido, no me di cuenta de que me estaba despidiendo hasta llegar a Callao, dudaba entre la gente, las piernas, la música,... de Preciados o los edificios, clase, ruido,... de la Gran Vía, opté por la primera, quería esquivar a la gente una vez más. Miré la hora en la puerta del Sol, crucé la plaza y decidí ver una vez más a la mujer que me tenía enamorado, Cibeles. Subí Alcalá, me paré y volví para observar con detenimiento al ángel de Metrópolis, después un par de cariátides gigantes para llegar a ella, de fondo aquella gran puerta que tantas cosas ha visto, preciosa, Alcalá. No paré de mirarla a los ojos para ver si me dejaba algún gesto, y esta vez no sólo sonrió, sino que me guiñó un ojo, a mí me dio la risa y dos autobuses rompieron nuestro momento, nuestras miradas. Después ya estaba en un lateral, ella me miraba de reojo. Di la vuelta a la plaza, miré a Alcalá y bajé por el paseo del Prado mirando al suelo, deseaba que su mirada fuese la última. Llegué al Museo, topando antes con el culo de Neptuno, pasé y fui directo a la primera planta, Velázquez y Goya, los más grandes, me fijé sobre todo en las miradas, la del rey que recibe las llaves de Breda, de los dos que miran al frente en el mismo cuadro, de Velázquez en las meninas, de la expresividad de la maja desnuda, de la frialdad de la familia de Carlos IV, de Saturno mientras se comía a su hijo y sobre todo de los españoles apunto de morir un tres de mayo y qué pasaría por sus cabezas. Bajé a la planta baja para descubrir algo nuevo en tan infinito jardín de las delicias de el Bosco y ver como un gigante se lleva un alma al infierno en “el paso de la laguna Estigia” de Patinir. Era la hora, debía regresar a Atocha. Salí y un Velázquez concentrado y sentado dibujaba una ciudad. Llegué a la estación, la miré de lejos, monté en el coche y partimos de vuelta. Mientras pensaba, yo me quedo en Madrid.

 


- APUNTES URBANOS -


        Me habían contado que aquí eran muy de derechas, de extrema derecha, pensé que no sería para tanto, llevaba cuatro años viviendo en Madrid. En el bus que me llevaba del aeropuerto a la estación central ya vi alguna frase de "Vota Lega Nord" (un partido de tintes xenófogos, de lo peor de Europa, que en 2010 contó con un 9% de votos en Italia). No me gustó nada, estos tampoco aceptan españoles, aunque yo no tendría problema. Pero habría que acostumbrarse, estaba en la ciudad de Berlusconi.

        Quizás cuando andas por la calle, o cuando estudias, o cuando estás de turista, o incluso cuando vives en una ciudad piensas que da igual quien sea el alcalde, el presidente,... yo creo que dice mucho del lugar, no creo que me pueda llevar muy bien con personas que dan su voto a un mafioso como este (aunque intentaré sacar lo mejor de mí), mucho menos con los de la Liga. Pero esto no solo influye en la gente, cuando necesite ir al médico por ejemplo (Italia es el único país en el que no basta la tarjeta sanitaria europea), ¿cómo será la sanidad pública?, ¿la enseñanza?, ¿las calles? (las aceras dan vergüenza), ¿los medios de comunicación? (todos suyos),... Cada vez que deba coger el transporte público pensaré en qué utilizará mi euro, ¿en fiestas privadas?, ¿mafia calabresa?, ¿financiación de partidos similares?,... valoraré ir andando, mejor, compraré una bici.

        Puede que me complique demasiado, que sean paranoias, pero prefiero pensar que no, que todo tiene importancia.

        Iba pensando esto y mirando todo. Quería captar cada una de los detalles de la ciudad, cada una de sus miradas, cada una de sus frases. La gente parecía buena, estaba en un buen barrio, me gustaba. En las paredes no conseguí entender nada, la mayoría firmas.

        Al llegar a Loreto (la plaza que vio colgado boca abajo a Mussolini) una pintada que me hizo sonreir y me tranquilizó, rezaba:  RESISTENZA.




lunes, 18 de octubre de 2010

- ES DIFÍCIL COMENZAR UN BLOG -


        ¿Por qué un blog? Pensaba que tenía que dar mi opinión en algunos temas, es una de las pocas formas de hacerte escuchar, me gusta escribir aunque me da vergüenza que alguien me lea y sepa como soy y lo mal que escribo. Mucha gente lo hace, y me parecía interesante, dudo que alguien me siga y probablemente me canse de hacerlo en unos meses. No prometo nada, tan solo mejorar.

        Dudaba, ¿con qué tema empezar?. Hace poco llegué aquí, a esta preciosa ciudad, estaré nueve meses disfrutando de la beca Erasmus, puede ser una cosa interesante que contar. Quizás con el tiempo no sea tan preciosa. Podría escribir sobre mi nueva vivienda y compañeros de piso, son interesantes. Podría hacerlo sobre la chica que acupa mi mente. Sobre Madrid. Sobre deporte, política, actualidad,.... Primer tema, el blog. Después escribiré lo que salga. Me siento en la obligación de contar muchas cosas, allá van.