Me habían contado que aquí eran muy de derechas, de extrema derecha, pensé que no sería para tanto, llevaba cuatro años viviendo en Madrid. En el bus que me llevaba del aeropuerto a la estación central ya vi alguna frase de "Vota Lega Nord" (un partido de tintes xenófogos, de lo peor de Europa, que en 2010 contó con un 9% de votos en Italia). No me gustó nada, estos tampoco aceptan españoles, aunque yo no tendría problema. Pero habría que acostumbrarse, estaba en la ciudad de Berlusconi.
Quizás cuando andas por la calle, o cuando estudias, o cuando estás de turista, o incluso cuando vives en una ciudad piensas que da igual quien sea el alcalde, el presidente,... yo creo que dice mucho del lugar, no creo que me pueda llevar muy bien con personas que dan su voto a un mafioso como este (aunque intentaré sacar lo mejor de mí), mucho menos con los de la Liga. Pero esto no solo influye en la gente, cuando necesite ir al médico por ejemplo (Italia es el único país en el que no basta la tarjeta sanitaria europea), ¿cómo será la sanidad pública?, ¿la enseñanza?, ¿las calles? (las aceras dan vergüenza), ¿los medios de comunicación? (todos suyos),... Cada vez que deba coger el transporte público pensaré en qué utilizará mi euro, ¿en fiestas privadas?, ¿mafia calabresa?, ¿financiación de partidos similares?,... valoraré ir andando, mejor, compraré una bici.
Puede que me complique demasiado, que sean paranoias, pero prefiero pensar que no, que todo tiene importancia.
Iba pensando esto y mirando todo. Quería captar cada una de los detalles de la ciudad, cada una de sus miradas, cada una de sus frases. La gente parecía buena, estaba en un buen barrio, me gustaba. En las paredes no conseguí entender nada, la mayoría firmas.
Al llegar a Loreto (la plaza que vio colgado boca abajo a Mussolini) una pintada que me hizo sonreir y me tranquilizó, rezaba: RESISTENZA.
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